Parece que siempre que hablamos de los rayos solares siempre tenemos en mente el cuidado de la piel, pero ¿y qué pasa con los ojos? ¿Los protegemos los suficiente?
La intensidad con la que se produce la penetración de los rayos solares, hace imprescindible proteger los ojos con gafas filtrantes, cuyas indicaciones y ventajas protectoras vienen generalmente indicadas en la etiqueta adjunta adherida a la lente. Así que a partir de ahora, tomar nota a los siguientes consejos:
- Es vital adquirir las gafas de sol en establecimientos reconocidos, y asegurarse que han superado los controles de la Unión Europea.
- El sol nunca debe observarse directamente. La radiación entra por la pupila, es enfocada e invertida por la córnea y el cristalino, para luego ser proyectada en la pantalla posterior del ojo: la retina.
- Si la radiación es muy intensa quema la retina, sin que produzca dolor inmediato y sin recuperación posterior. Esa región de la retina se ciega de forma irreversible.
Ya no tenéis excusa este verano para tomar el sol cuidando vuestra piel, y por supuesto, ¡sin olvidar vuestros ojos!