La luz es una joya que todas buscamos y queremos tener en nuestra piel, es un bien muy preciado que echamos de menos tan sólo cuando vemos nuestro rostro apagado. ¿Por qué pasa esto?Con el paso del tiempo, la exposición solar, los cambios hormonales e incluso con el estilo de vida la piel pierde su luz natural, aumenta la capa córnea, se oscurece y provoca una ausencia de brillo. Pero como toda buena madre dice, “más vale prevenir que curar”, y no hay que esperar a ver el problema para solucionarlo. Así que lo mejor para cuidar la piel es empezar lo antes posible, tanto por fuera como por dentro.
Elegir un buen cosmético, o mejor dicho, un cosmético adecuado para tu piel es imprescindible, que te aporte la hidratación necesaria, que proteja frente a la agresión de los radicales libres y con efecto antioxidante para mantener el cutis fresco y activo. Y por dentro, beber agua es muy importante para toda la salud en general, y más para la piel. Muchos dermatólogos afirman que desde lejos, tan sólo mirando la piel se puede adivinar quién bebe los dos famosos litros diarios de agua y quién no. Este simple gesto es la mayor fuente de beneficios para tu cuerpo y tu piel.
¿Quién puede resistirse?