Evidentemente como consumidores nos preocupamos por la salud y queremos saber la compatibilidad de los productos cosméticos que contienen un ingrediente especial con una enfermedad o alergia.
Por ello, muchas veces, nos surge la duda si podemos utilizar o no un producto cuando padecemos cierta enfermedad. Para poder aclarar todas las dudas, antes nos gustaría poder definir algunos conceptos que nos ayudarán a entender mejor cómo actúa un cosmético sobre nuestra piel.
¿Qué es un producto cosmético?
Técnicamente se define como toda sustancia o mezcla destinada a ser puesta en contacto con las diversas partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos) o con los dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto y/o corregir los olores corporales y/o protegerlos o mantenerlos en buen estado. Así pues un producto cosmético actúa a nivel superficial de la piel.
¿Soy celíaca, puedo utilizar los productos Bella Aurora?
¡Por supuesto que sí! La enfermedad celíaca se produce al ingerir algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno, el triticale, el kamut, la espelta y posiblemente la avena. Se trata de una intolerancia al gluten que contiene estos cereales y que dañan al intestino delgado impidiendo absorber los alimentos.
Una persona celíaca, en principio no tendría que temer a un producto cosmético que contuviera algún derivado de trigo o avena, ya que su dolencia es debida a la intolerancia al gluten causada por ingestión de cereales y un cosmético es sólo de uso tópico.
Lo mismo podríamos decir de una persona con intolerancia a la lactosa -es decir, afectación producida por ingestión de algún producto lácteo- que se aplicara algún producto que contuviera algún derivado lácteo en su formulación.
Si por el contrario padeciese algún tipo de alergia, se tendría que saber si es una alergia por contacto y ante la duda se podría hacer una pequeña prueba aplicándose crema sobre la piel en una zona poco visible (por ejemplo el dorso de la muñeca o antebrazo) y observar cualquier pequeño enrojecimiento a lo largo del tiempo.
De todas formas, siempre que algún consumidor quisiera adquirir algún producto cosmético y tuviera dudas lo mejor es que se realize la prueba y observar para mayor seguridad.