El envejecimiento cutáneo es el resultado de factores medioambientales y del paso del tiempo.
A medida que envejecemos, la piel sufre pequeños pero inevitables cambios que sumados provocan la pérdida de densidad, flexibilidad, luminosidad y tono desigual.
En las distintas capas de la piel sus efectos y resultados son distintos:
En la epidermis:
- Reducción de la renovación celular.
- La microcirculación sanguínea se ralentiza.
- La distribución de melanina se vuelve irregular.
- Los radicales libres y otras toxinas empiezan a acumularse.
- La epidermis adelgaza.
Resultado: La piel se torna áspera, rugosa y pierde luminosidad.
En la dermis:
- La síntesis de colágeno se reduce.
- Las fibras de elastina y colágeno comienzan a degradarse.
- Se pierde hidratación.