Tus manchas son de origen hormonal, quizás las conozcas como melasma o “paño”, y se manifiestan por un aumento de las hormonas femeninas que inciden de forma directa en la producción y distribución de la melanina, el pigmento que da color a nuestra piel.
Un cuidado diario con productos despigmentantes que traten de forma específica el origen de tus manchas, además del uso de fotoprotección los 365 días del año que eviten su aparición, te ayudará a conseguir unos resultados óptimos en tu tratamiento.
Para controlar la deshidratación de la zona de las mejillas y mantener controlados tus brillos en la zona “T” es importante que los productos de tu ritual contengan, además, ingredientes activos emolientes que mejoren la hidratación cutánea sin aportar peso a tu piel, vigilando en todo momento el exceso de grasa en la zona de frente, barbilla y nariz.
¡Cuidar tu piel y tus manchas es posible con un tratamiento personalizado!